jueves, 11 de enero de 2007

Boamorte cambia de equipo.

O lo que es lo mismo, se va de un equipo como el Fulham asentado en la parte tranquila de la tabla, para recalar en un West Ham sumergido en puestos de descenso y que no levanta cabeza. Después de más de seis años sirviendo al Fulham, ahora el jugador portugués ha decidido irse para sorpresa de todos, incluído su ya ex entrenador Chris Coleman.

Lo cierto es que es un gran fichaje para el West Ham, al cual no le queda otra que reforzarse en este mercado de invierno para intentar abandonar los puestos de descenso, y parece que próximamente podría hacerlo también con el jugador del Chelsea, Wright-Phillips. Un futbolista que prometía mucho pero al que Mourinho no le ha dado la confianza y oportunidades necesarias para continuar su progresión, por lo que la mejor opción sería cambiar de aires.

El mal balance de 18 puntos en 22 partidos que ha cosechado el West Ham le hunden en la parte baja de la tabla, aunque todavía es remediable. Pero lo cierto es que este equipo tiene una plantilla más que válida con buenos jugadores como Carroll, Cole, Benayoun, Sheringham, Zamora, Konchesky… o las que fueron hace pocos meses unas de las incorporaciones más sorprendentes y sonadas del año, Mascherano y Tévez.

Dos futbolistas con los que el West Ham quería dar un salto de calidad, pero que les han salido rana. Lejos del nivel al que nos tenían acostumbrados, todo son inconvenientes para los dos internacionales argentinos, firmando malas actuaciones y muchas veces quedándose en el banquillo e incluso la grada. Todo indica que sus días en el West Ham están contados, y parece que el próximo destino para Mascherano será la Juventus.

Boa Morte fue reclutado por Arsène Wenger para su Arsenal en 1997, después de una gran temporada con su anterior equipo, el Sporting de Lisboa. Dos años en el equipo londinense para fichar por el Southampton, y de ahí dar el salto a la que hasta ahora sería su casa durante más de 6 años, el Fulham.

Comenzó como delantero pero poco a poco le han ido reconvirtiendo en un jugador de banda, aprovechando su velocidad y agilidad para driblar. Su buen hacer le hizo ganarse un billete con Portugal para disputar el Mundial de Alemania 2006, dejando en casa a un hombre de gran calidad como Ricardo Quaresma. Ahora le toca colaborar en su nueva casa para evitar que el West Ham pierda la categoría, demostrando que su fichaje no ha sido una equivocación.

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